martes, 9 de diciembre de 2014

El hecho de que una presentadora deTV sea llamada para un papel en película no la categoriza ya como actriz de profesión.

Continúan los alabarderos del medio confiriendo créditos inmerecidos.

El auge del cine está provocando que mucha gente participe en las filmaciones que se hacen, a veces como extras, o en papeles de relleno sin importancia, y ya por ello algunos alcahuetes le atribuyen la clasificación de “actores y actrices”.

Lo peor de todo es que gente de la crónica de arte se presta a ese juego de exagerar los roles artísticos.

¿Actrices y actores de qué?.
Al ritmo que vamos hasta el cochero que aparece en una película paseando por el malecón es actor.

El hecho de que una presentadora de la televisión sea llamada para un papel ocasional en una cinta no la categoriza ya como actriz de profesión, como algunos publican.

Lo mismo va para el teatro, porque lo que se está haciendo no es más que relajando la profesión.

Este hecho se inscribe en la lista de falsedades en que aquí se sustenta gran parte del arte, donde a cualquier musiquito de quinta categoría le dicen maestro, cualquier comiquito contador de cuentos de velorio es un comediante, y cualquier exponente urbano que lanza un tema en base a un programa de computadora como, el Auto Tune, y que se la pasa doblando, es cantante.
Fuente Merengala

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