viernes, 5 de febrero de 2016

Vicente Fernández se despide de los escenarios!. Sin causar lástima, sin dejar deudas pendientes y con las metas cumplidas.

GUADALAJARA, JALISCO (05/FEB/2016).-Hombre de palabra. Vicente Fernández prometió que se iría completo, sin causar lástima, sin dejar deudas pendientes y con las metas cumplidas.

 Aseguró que se alejaría de los micrófonos con la voz intacta, la figura sólida y una mirada que todavía es capaz de doblar el acero. Juró que su adiós sería multitudinario y gratuito. Y como buen hombre de palabra, Vicente lo va a cumplir.

“Televisa no pagará, pero yo tampoco”, dice entre risas en entrevista, y comenta que Emilio Azcárraga le ofreció que la empresa operaría el espectáculo y él, a cambio, no cobrará por su actuación, “es un regalo al público que me siguió en 50 años de carrera”.

Así que el próximo 16 de abril, el hijo pródigo de Huentitán se despedirá de los escenarios nacionales con un concierto en el Estadio Azteca.

El espectáculo llevará por título “Un Azteca en el Azteca” y se prevé que Vicente tenga cuatro invitados; aunque el único confirmado es su hijo Alejandro Fernández. Además, el show contará con dos mariachis. La entrada será gratuita y el acceso estará controlado con boletos, mismos que serán entregados al público a través de varios medios de comunicación, estaciones de radio y la página de internet del artista: 
www.vicentefernandez.mx.

El intérprete de “Volver Volver” eligió el estadio más grande del país para su despedida, y aun así, se espera que muchos fanáticos no alcancen boleto. Es por eso que el evento será grabado para ser trasmitido posteriormente en todo México y Estados Unidos. El espectáculo será un recorrido a través de los múltiples éxitos que el jalisciense interpretó a lo largo de su carrera.

Para sus incondicionales, será una reunión que deje una profunda huella en la historia de la música. Para el patriarca de la familia Fernández, la gran despedida con la que soñó desde hace años; mientras que para la comunidad artística mexicana, el sonoro adiós de un ídolo. Finalmente, para la historia, el paso de un hombre al estatus de la leyenda. No podía ser de otra forma, cuando se habla de Vicente Fernández, un hombre de palabra.

Eco a la eternidad

¿Qué hace especial un concierto de Vicente Fernández? ¿Es su voz? ¿Son sus canciones? En parte sí. Es cierto que al menos en medio siglo, nadie ha podido disputarle la corona del “rey de la música ranchera”. Una generación tras otra lo tiene sentado en un trono inalcanzable. Sí, hay otros intérpretes, pero no, nadie se le acerca.

Quizá lo que convierte en “única” a la experiencia de verlo en vivo ni siquiera se puede ver o escuchar. Es una cuestión de sensaciones. De estar ante una leyenda viva, que ya tiene ganado un lugar en la cultura popular mexicana.

Quizá lo que convierte en especial cada espectáculo de Vicente Fernández es más que la letra de sus canciones, el sentimiento que imprime en cada una de ellas. Una voz privilegiada que en un momento le canta al amor eterno y al otro se entrega a los brazos de la soledad. Un tono de voz que lo mismo es apropiado para el jolgorio que para la despedida más desgarradora.

Quizá es el hecho de que le estamos ante el adiós de un titán de la música mexicana. El último de una raza de gigantes cuyo talento rompió fronteras, unió generaciones y trascendió en el tiempo. Quizá se debe a que pese a ser considerado una estrella, “Chente” jamás despegó los pies del piso. Ni los homenajes ni las palabras dulces ni los premios lo elevaron. “Es mi orgullo haber nacido —llegó a afirmar— en el barrio más humilde, alejado del bullicio y de la falsa sociedad. Yo no tengo la desgracia de no ser hijo el pueblo. Me cuento entre la gente que no tiene falsedad”.

El próximo 16 de abril se sube el ídolo al escenario por última vez; bajará convertido en leyenda. Por lo pronto, este 17 de febrero, el charro de Huentitán celebrará su cumpleaños 76 rodeado de su familia
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